«Si quieres subir una escalera larga, no mires hacia ella, mira cada peldaño». Así, el filósofo brasileño Leonardo Boff destacaba en una corta pero intensa cita la importancia de los peldaños. Para él, no era tan importante la escalera ni el ascenso en su reflexión, como el recorrido entre peldaño y peldaño, para alcanzar una meta. Esa visión, siempre ha estado muy presente en el ADN histórico del pueblo valenciano. Una manera de vivir totalmente plasmada en la Escalera Real de la dársena histórica del puerto de Valencia de 1850.
La joya de las escaleras valencianas
Esta escalinata atestigua la revolución que experimentó la ciudad de Valencia, en plena eclosión de la economía comercial en toda Europa, tras los tremendos avances acaecidos en el campo de las infraestructuras comunicacionales en el siglo XIX.
La Escalera Real de la dársena histórica del puerto de Valencia era de grandes dimensiones. Algunas voces apuntan a que su anchura podría ser superior o igual a la de la avenida del Puerto actual. Estaba rematada por dos farolas
Esta joya de las escaleras valencianas tuvo varias modificaciones hasta su desaparición en torno a 1980.
Ahora, la Autoridad Portuaria de Valencia (APV) pretende recuperarla. Una recuperación que se descartó en 2006, en plenas obras de adecuación del puerto para la Copa América, volviendo a quedar la escalera oculta. Sin embargo, al parecer, en estos momentos el compromiso es serio.
Se han realizado varias pruebas con georradar y la conclusión es clara: se conserva en toda su extensión. Sería una gran noticia para nosotros, sin duda, así como para todos los que aman las escaleras valencianas.